Cómo ofrendamos |
Si asiste, como visitante, a una reunión de la iglesia de Cristo, no se le pedirá nunca ofrenda alguna, ni se le ofrecerá en venta artículo religioso alguno. No somos como los que hacían del templo de Dios una "casa de mercado" (Juan 2:13-17) o "cueva de ladrones" (Mateo 21:12,13). Predijo el Espíritu Santo, "Por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas" (2 Pedro 2:3). No somos de los que cumplen dicha profecía, pues no vendemos bizcochos, ni pasteles, ni discos o cintas grabadas, ni revistas o libros, ni pañuelos ungidos, ni pedimos en las calles. |
Hacemos todas nuestras obras evangelísticas y benévolas mediante ofrendas dadas voluntariamente el primer día de cada semana. Esto es bíblico. No todos los días sino "cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado" (1 Corintios 16:2). "Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre" (2 Corintios 9:7). La ofrenda "será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene" (2 Corintios 8:12). |